La Capilla Sixtina es uno de los mayores tesoros del Vaticano, de Roma y del mundo en general. Es conocida tanto por su decoración, como por ser el templo en el que se elige y corona a los Papas.
La construcción del edificio se llevó a cabo entre 1473 y 1481 durante el mandato del Papa Sixto IV, a quien debe su nombre actual. El arquitecto encargado de la construcción fue Giovanni de Dolci, siendo la única obra por la que se le recuerda.
Lo que llama la atención de la Capilla Sixtina no es su arquitectura, sino los frescos que recubren por completo las paredes y el techo. Algunos de los artistas más importantes que trabajaron en ella son Botticelli, Perugino, Luca o Miguel Ángel.
EL TECHO DE LA CAPILLA SIXTINA
Todos los frescos del techo de la Capilla Sixtina son obra de Miguel Ángel, que tardó cuatro años en pintar la bóveda, desde 1508 hasta 1512.
Si algo destaca en las imágenes del techo son las nueve historias del génesis que ocupan la parte central: están representadas las escenas desde la Embriaguez de Noé hasta la Separación de la Luz de la Oscuridad.
LA CREACIÓN DE ADÁN
Sin duda alguna, La Creación de Adán es la imagen más conocida de la Capilla Sixtina. Se encuentra situada en la parte central de la bóveda y representa la historia del Génesis en la que Dios da la vida a Adán.
EL JUICIO FINAL
Sobre el altar mayor y con unas dimensiones grandiosas (13,7 por 12,2 metros) se encuentra la otra obra maestra de Miguel Ángel, El Juicio Final, cuadro que representa el Apocalipsis de San Juan.
Decorar el ábside ocupó a Miguel Ángel cinco años de su vida, desde 1536 hasta 1541. Fue un encargo del Papa Pablo III para cubrir los murales que existían hasta ese momento.
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